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| Jesús Alcaráz de Cardenales corre a home. Foto Mane Martínez |
Cordobeis/Mane Martínez
El olor del pasto recién cortado, el viento en el rostro, el polvo que se levanta en el ambiente, es así como entre pelotas y bates muchas familias eligen disfrutar su domingo viviendo la alegría del deporte al grito de play ball!.
Los pequeños alistan sus spikes, medias, careta, peto, concha y el uniforme que los define como equipo, preparándose para vivir la emoción del beisbol pero al igual que los niños, los padres también se preparan, alistan a la familia y cocinan un refrigerio dispuestos a pasar un domingo familiar en la “Unidad Deportiva La Luz Francisco I. Madero”.
Como cada semana los equipos desfilan por el diamante aspirando al triunfo, está vez fue el turno de los campeones de la copa “Independencia”, los Cardenales de Córdoba vs el quipo “California” en la categoría de 9-10 años dentro de la Liga 30 Caballeros.
El juego estuvo lleno de sorpresas y movimientos inesperados, al comienzo los cardenales alzaban el vuelo al batazo inicial que se dio sin demora, un partido inolvidable para algunos de los pequeños que debutaban en el beisbol, la pelota comenzó a volar y desde ese momento no se detendría hasta marcar un claro ganador. En las gradas las emociones se dejaron sentir, el público eufórico vitoreaba el nombres de los niños al bate, que motivaba para dar su mejor esfuerzo.
La anécdota de las bolas incrustadas en las mallas de protección recuerda a las ligas la importancia de la seguridad de los aficionados, para los aficionados es simplemente una coincidencia que la pelota se atore, pero la historia sería diferente si a gran velocidad la esférica cayera contra el público.
Tarde de golpes al contacto con el bate, la inexperiencia de su primer juego o la suerte con la pelota provocó embates recibidos en los cascos y el peto que aligeraron la gravedad de las lesiones.
La pelota no dejaba de elevarse e incluso uno de los catchers recibía su ración de golpes al tratar de atrapar la bola, un choque en el brazo que reboto en su mejilla y posteriormente obtuvo uno más en el estómago, que dio pie a frenar el partido unos momentos solo mientras recobraba el aliento.
Niños al fin y al cabo, la indisciplina y los “berrinches” se mostraban en el infield, culpa del mal comportamiento fueron necesarias algunas llamadas de atención y uno que otro regaño sustituyendo a un jugador de California por Tania, la única pequeña en el equipo, que tras ser principiante no se intimido y dio lo mejor de sí conectando un hit al cuarto intento en su turno al bate.
Lo demás queda en un box score sin relevancia, lo importante fue la jornada donde los chiquillos disfrutaron del rey de los deportes y si de resultados se trata, Cardenales venció 16 carreras a 3 a California.
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